plan y plano

Cuatro y media de la tarde, amiga entra en casa de amiga a coger unas llaves, esta amiga -a pesar de la visita fugaz- la hace sentir acogida, en familia y como en su propia casa, ‘qué identificada me siento con la movida que estás haciendo’ pensó la amiga que entraba -que por supuesto era yo. Su amiga estaba PLANCHANDO.


Tres o cuatro de vosotros que me conocéis estáis desmayados en el suelo otros cuantos llamándome mentirosa por la imposibilidad de que yo me sienta identificada o me entre la flojera con este acto tan importante, necesario y cotidiano; porque planchar, planchar planchar, lo que se dice planchar, me gusta poco.

Una compañera de estudio decía que planchar era como ACOTAR los planos, un coñazo que hay que hacer con mucho cuidado, porque si no lo haces exactamente donde debe ser es peor que no hacerlo.

Nuestra querida Marta Vilas, estaba PLANCHANDO y a mí me dieron ganas de quedarme a mirarla como quien ve una actuación, porque Marta tenía una MANTA puesta en las MESAS del ESTUDIO que tienen en casa ella y Anxo, sobre la manta, la plancha, al lado de la plancha la MÁQUINA de FOTOS, encima de la manta el plano de la SECCIÓN de un edificio de su investigación de tesis, pegado en la pared, el anterior plano. Este era el mejor set para reproducirlos con calidad, y este era el mejor plan de tarde.


Querido Anxo, nos quedamos sin tu g&t vacacional hoy, pero nos desquitaremos con un Gin Xoriguer en breve.

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