sobre el derribo del hospital

(Nos pidió ayer Sandra Penelas del Faro de Vigo una reflexión que sale hoy publicada sobre el futuro del edificio del hospital de Vigo, ahora en mudanza)

La historia de los sentimientos de una ciudad -porque una ciudad es la gente, sobre todo la gente, y su entorno- es un bien inmaterial que trenza con hilos poco visibles la estabilidad emocional del colectivo. Por eso las plazas no son plazas porque tengan bancos, papeleras, farolas y ni siquiera columpios, las plazas son plazas si ahí se reúne gente al ir de paso. Los dirigentes ‘decidientes’ deberían ser observantes antes que propositores, o casi, en lugar de propositores:- ¿dónde hacemos una nueva plaza?

– ¿Vamos a pensar?

No. Vamos a investigar:

Dónde ya existe y les falta un banco, una acera para que no les atropelle el autobús, una luz para las charlas de invierno a las seis de la tarde.

¿Qué tiene que ver esto con el -ya antiguo- hospital de Vigo?

Vamos a reflexionar.

¿Hay un lugar en Vigo donde se concentren tantos sentimientos de esta ciudad?

Creo que no, que ni Samil, ni El Castro, ni Príncipe pueden, ni sumando recuerdos de paseos y tardes de la gente, llegar a superar los sentimientos que hay dentro del Xeral.

Sí -tres o cuatro estáis desmayados- pero ahí está el nacimento de nuestra hija, ahí está el agradecimiento al médico que quiso salvar la vida de nuestra madre y nos la regaló seis meses para poder llenarla de besos, ahí cura gente nuestra prima, ahí tranquiliza a parturientas nuestra amiga y eso sólo lo sumo sólo yo.

No quiero, como ciudadana, que el Xeral desaparezca. Quiero, como ciudadana, que haya un equipo interdisciplinar que piense, que piense, investigue concienzudamente, que aporte luz a qué hacer con la infraestructura para que sin perder su esencia de espacio público, se puedan mejorar sus condiciones de ocupación y servir para algo más.

Todo tiene derecho a una segunda vida, y por qué no va a ser incluso mejor -UPCYCLING- por qué no podemos ser energéticamente inteligentes y le hallamos un servicio que con una transformación adecuada se convierta en un equipamiento que responda, aún mejor que el equipamiento que era, a los servicios. Todo lo que hemos invertido en mejorar una infraestructura antigua que no tenía para dónde crecer espacialmente y cuyas carencias por edad no había tecnología que las supliese, deberíamos usarlo.

Por ejemplo, la universidad y la investigación bioquímica. Por ejemplo, acerquemos la universidad a la ciudad y trencemos lineas de flujo -tan reales como las piedras- con la infraestructura de lujo que tenemos arriba en el Cuvi. Por ejemplo, hagamos un centro de pisos de mayores no dependientes con servicios comunes en esa manzana sanitaria de servicios que es el Xeral. Por ejemplo, montemos un gimnasio de bajo impacto con profesionales de apoyo y fisioterapia añadidos al complejo, montemos unos servicios de deporte equilibrado. Por ejemplo, dejemos pensar a un equipo. Por ejemplo invirtamos en que piensen, no opinemos sin datos, no derribemos sin pensar, no juzguemos por preconceptos. Por ejemplo, sigamos conservando nuestro ‘Cofre Mítico’, sosteniendo esa isla urbana de vida, de recuperar salud, de acallar angustias, de sufrir con una mano amiga, de Lola, de Jesús González, de Antonio (y Elena), de Acacia Ojea, de Luisa Portela, de Juan Luis Villalón, de Olga Rodríguez… Por ejemplo, comprendamos que esto no va de edificios, va de ciudad, va de gente, va de vida.

1 Comments

  1. Esta hermosa ciudad fue mutilada y descuidada a lo largo de los años. La panificadora, el Barrio del Cura y algunas viviendas del casco vello son ejemplos de la desidia política. ¿Cómo es posible que tengamos la Universidad fuera del casco urbano, las instituciones públicas como el Concello y la Xunta en edificios contemporáneos, mientras construcciones históricas están al borde del derrumbe?
    http://icreaciones.com/2015/09/16/piruli-que-te-vi/

    Me gusta

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.