Carmiña. Oye dejo esto eh, es muy estresante.

Últimamente confieso que he estado algo atribulada por un comentario estúpido: ‘Iria ha dejado la arquitectura‘, me lo han dicho muchas veces, me han llamado outsider, me han dejado fuera de celebraciones de concursos ganados en equipo,… cuando hacía exposiciones efímeras, cuando  dibujaba galpones,  cuando he hecho libros de investigación industrial, cuando nos hemos dedicado a asesorar a administraciones sobre procesos saludables de solución de problemas enquistados, cuando hemos rehabilitado íntegramente sin que se notase casi nada, o casi todo que es casi nada pero sin la extrañeza. 

Está claro que mi elección de la arquitectura no es la oficialmente aceptada. 

No me preocupa mucho, pero me causa cierto dolor el comentario en voces amigas, que pasan inmediatamente a la sección Marie Kondo: Limpieza. 

¿Por qué se comenta eso?
¿Por qué se comenta así?
Y…
¿Qué coño os importa? 

(Escuchar aquí Chinito, Chinito de Ry Cooder)




Pero luego, leyendo de nuevo las intensas redacciones editadas por Luis Gil Pita* por y para la didáctica del hacer de Fernando Blanco, donde dice que dejó hasta 3 veces la arquitectura… pues me he sentido como cuando me llamaron Sofía Loren, si lo que hace Fernando es dejar la arquitectura, entonces la dejo.



O como cuando de un equipo de arquitectura en la que uno de ellos no era arquitecto, se presentaron a Sota con esa disculpa apriorística, ‘es que yo no soy arquitecto’, y él contestó ‘no se preocupe, yo tampoco’.

Recientemente he recibido un mensaje de  un arquitecto estudioso de John Cage comparado con Sota >>>
http://polired.upm.es/index.php/proyectos_arquitectonicos/article/view/3717/3801
Cuya redacción me ha hecho disfrutar y que la estoy releyendo para ser capaz de estar a la altura de la contestación.
La no música y la no arquitectura se llama el artículo y él Miguel Guerra. (¡Gracias, Miguel!)

Qué decir del artículo de José Mª Echarte y David García-Asenjo sobre lo pernicioso de la idea del maestro, guardián de la virtud —arquitectónica— en el cual también cae un poco mi admirado Sota, que esa era otra época pero no se puede enquistar uno ahí >>> https://ctxt.es/es/20230501/Culturas/42923/maestro-discipulo-aprendiz-arquitectura-gremio-precariedad-trabajo.htm?fbclid=PAAabDTZREI1u54HBFOCUaCibnjGmdNv9MeGm_yU5gqug0pUjdphL_k_cDUD4



Si estar en la arquitectura es llamar a alguien maestro y no cuestionarlo nunca, la dejo.
Si estar en la arquitectura es hacer las cositas molonísimas y monísimas que me salen del moño porque yo lo valgo y tengo recursos para sostenerme, la dejo.
Si ser arquitecto municipal es dejar la arquitectura, la dejo.
Si estar en la arquitectura es no poder decirle a un compañero ¡qué maravilla, me representas! No quiero ni saber nada de la arquitectura.
Si dejar la arquitectura es revisar proyectos de otros para que todo vaya bien, la dejo.
Si dejar la arquitectura es dedicarse al cálculo de instalaciones o estructuras, I’m out.
Si llevar adelante programas de ayudas europeas para la rehabilitación es dejar la arquitectura, hastaluegui.
Si dejar la arquitectura es hacer una tesis sobre condiciones laborales mínimas justas, en fin, amiguis.
Si ser docente es dejar la arquitectura, ni sabéis desde cuánto hace que la he dejado, os lo perdísteis hace 19 años.
Si restaurar muebles es dejar la arquitectura, qué pereza, de verdad.
Si hacer documentales es dejar la arquitectura, ciao.
Si diseñar juguetes es dejar la arquitectura,  Ay.
Si dejar la arquitectura es ser concejal de urbanismo, bye.
Si dejar la arquitectura es dedicarse a la fotografía de la misma, See you later Alligator.**
Si dejar la arquitectura es asesorar sobre los derechos humanos de la Convención de Ginebra para los presos rusos, la dejo del todo y pá siempre.

Y en definitiva, si vuestra arquitectura es sólo la de los concursos, los maestros, las reverencias acríticas, el esperar el momento pa que me toque a mí, el de estudiar las revistas para saber el trending topic, creo que os habéis quedado un poco fuera de la realidad y lo que os perdéis, compañeros… yo me quedo entre los #noarquitectos, por salud mental.

Así que sí, he dejado la arquitectura.

Sólo que como la he dejado, como decían Tom Waits e Iggy Pop en Coffee and cigarettes, ahora que la he dejado, ya puedo hacerla de vez en cuando.




*ENHORABUENA, COMPAÑERO, NOS REPRESENTAS. Luis Gil Pita es ahora parte de la directiva del COAG.
** See You Later, Alligator (Bonus Track)
Canción de Bill Haley
*** El título es un sketch de la película Airbag: Carmiña. Oye dejo esto eh, es muy estresante. Interesante no, mujer, Estresante.

**** Ecos y consonancias – Chinito, chinito… – 14/03/23 https://www.rtve.es/a/6834509/

4 Comments

  1. Iría, tu texto sobre «dejo la arquitectura» es un auténtico manifiesto, que condensa magistralmente una reflexión que yo he tenido que hacer durante muchos años, desde que «dejé la arquitectura».
    Al mismo tiempo, resulto ser el arquitecto amigo de Inés Fernández Arias que la convenció para dejar un hueco en su programa al «Chinito Chinito» y al que menciona de forma tan simpática al principio.
    He seguido leyendo tus enlaces y he visto ese texto de Echarte y Asenjo, comprometido y valiente, con la referencia a Remedios Zafra que fue precisamente invitada por mí a su primer acto público, alrededor del cambio de siglo, en el seminario «Sueñan los arquitectos digitales con espacios virtuales», de la Universidad Europea de Madrid.
    Todo un mundo de conexiones que me hace ilusión… ¡Adelante con tu blog!

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    1. No sé si así recibirás mi contestación, Fernando.
      Debes saber que tu pieza voló entre los #noarquitectos antes del post pues la bailamos hasta que no tuvimos fuerzas en una fiesta con nuestro amigo #noarquitecto regresado momentáneamente de Ucrania para el evento, celebrábamos la amistad y que los límites de las disciplinas no son tan rígidos como nos quieren hacer creer.
      El programa de Inés sonaba cuando me lo dijeron a mí por enésima y me hizo reír tanto!
      Imaginaba la conversación entre vosotros… ¿a que no te atreves a poner esto en tu programa? Y ella…. con esa simpatía que se le escapa por los poros no reñida con la rigurosidad y el conocimiento, seguro dijo… Tú no sabes con quién te la juegas, espera que voy!
      Ay! Qué bonito! GRACIAS

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